viernes, 20 de julio de 2007

Un instante dentro del alma

La soledad me abruma, me toma, me ahoga, me inunda, me estrecha, me aprisiona, me asola, me veja, me golpea, me maltrata.
El dolor más grande es sentirse solo en medio de una multidud, de aquella multitud para la cual uno es polvo de grano de arena, es partícula de oxígeno, es parte de la nada. Y ese, creo, que es uno de mis grandes temores.
Dejar el mundo y saber, entender y haber conocido el verdadero significado de estar solo en la multitud, de haber estado rodeado siempre de gente a la que no le importa el quehacer de uno, gente que desde hace un buen tiempo dejó de ser gente.
Es la soledad impuesta, es esa que yo no quiero sufrir más......

Hoy quiero morir, para resucitar mañana y poder decir empiezo de nuevo.
Hoy quiero morir, para poder mirar las mariposas y asombrarme como cuando niño.
Hoy quiero morir, para poder decir un te quiero sin la vergüenza al qué dirán.
Hoy quiero morir, para saber que la felicidad no existe si no se crea.
Hoy quiero morir, para no sentir nuevamente la indignación ante lo injusto.
Hoy quiero morir, para ser más feliz mañana.
Hoy quiero morir...

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