martes, 4 de marzo de 2008

No Matte la Patagonia

Aaron Sanger es prácticamente un desconocido en Chile. Sin embargo, hoy lidera la batalla de los ambientalistas contra el proyecto HidroAysén. Fue interlocutor de los Matte -y cercano a Eliodoro- cuando en 2003 logró un inédito acuerdo con CMPC y Arauco para la protección del bosque nativo. Hoy dice que no negociará y que el eslogan que difundirá por el mundo es "No Matte la Patagonia". Qué Pasa recorrió con Sanger el río Baker y Pascua, estuvo en su encuentro con Douglas Tompkins y conoció de su propia boca la estrategia que piensa poner en práctica para detener la construcción de las represas.


Lo primero que decidió Sanger para esta campaña fue visitar cada uno de los puntos que se verían afectados con la construcción de las represas del proyecto HidroAysén. Por eso llegó a Chile la semana pasada y el viernes 18 viajó al sur. Llegó a Coyhaique y tras un recorrido por varios lugares, como Cochrane y Puerto Bertrand, una van lo trasladó a Villa O´ Higgins, uno de los pueblos más remotos del país.En el día a día, Sanger no parece ser un hombre agresivo. Durante las expediciones por la zona, nunca dirigió las caminatas ni tampoco dio instrucciones. Pasó más bien inadvertido y gran parte de su tiempo lo mató en silencio, observando la naturaleza. Pero cuando se acercó a algunos de los ríos patagónicos, su actitud cambió. Y se abrió a conversar. Dice que no comprende cómo los Matte están dispuesta a arruinar parte importante del país ni tampoco entiende que los Angelini se hayan embarcado en esta apuesta empresarial cuando en los últimos años han sido apuntados con el dedo por los daños ambientales generados por sus compañías."Cuando tomé la decisión de coordinar la campaña, le envié una carta privada a Eliodoro Matte, explicándole que el hecho de que estuviera involucrado en este destructivo proyecto no iba en la línea de compromiso de protección con el medio ambiente a la que él había adherido. Por ello, le hice saber que estaba frontalmente en su contra y que por ello cambiaba de institución (de Forest Ethics a International Rivers), explica Sanger.Dice que quedó sorprendido cuando recibió la respuesta a su misiva personal con una carta "a viva voz", publicada en el diario La Tercera. Eso le molestó profundamente. "Eliodoro se promovió a sí mismo como un personaje responsable con el medio ambiente, como fórmula para potenciar sus negocios, y ahora, como mandamás de la familia, ha incurrido en una fuerte contradicción al apoyar HidroAysén", añade el ambientalista, abogado y máster en Comunicaciones Científicas y Técnicas.Sanger explica que pocos días después de la publicación de la carta, Matte le escribió un correo electrónico en un tono amistoso, pero claro: le agradeció la ayuda que había prestado desde Forest Ethics, le deseó suerte en su nueva organización y le dijo que estaba consciente del daño que podría generar HidroAysén en el sur, pero que "son sólo 6.000 hectáreas dentro de las cientos que tiene la Patagonia".El ecologista norteamericano dio entonces por cortadas las relaciones y no se han comunicado nunca más.Aunque Sanger tiene la idea de que el mayor de los Matte tiene conciencia y experiencia para evitar daños ambientales, no tiene la misma opinión de su hermano Bernardo, presidente de Colbún y uno de los protagonistas de la iniciativa que pretende generar 2.750 MW a través de la inundación de 5.910 hectáreas patagónicas. Dice que no concuerda con ninguno de sus comentarios. "Él ha señalado que es un viejo hippie y que está en contra de las centrales nucleares. Yo le digo: ´Señor Matte, usted no es un viejo hippie, porque ellos no viven ni piensan como usted'. Para mí, su postura contraria a los proyectos nucleares tiene una sola explicación: se opone porque se transformarían en competencia para sus centrales hidroeléctricas", afirma.Sanger estima que las opiniones de Bernardo Matte sobre el tema energético son "bastante limitadas". "No creo que él entienda los verdaderos riesgos de HidroAysén y las alternativas que existen para generar la misma electricidad con proyectos sustentables", explica Sanger, quien no se cansa de repetir que el desarrollo de iniciativas no convencionales bastaría para sacar a Chile de la crisis energética por la que atraviesa. Cita dos ejemplos: Londres tiene un proyecto para reemplazar el 25% de su matriz energética con energía eólica. Y en Texas, Shell tiene otro de 3.000 MW, mucho más de lo que produciría Colbún y Endesa, también sobre la base de energía generada por el viento.Su contraparte no está de acuerdo. En octubre pasado en Qué Pasa, Bernardo Matte señaló que la crisis no se soluciona con energías renovables y que sostener lo contrario no pasa de ser un buen sueño. Y citaba sus propios ejemplos: países que tienen un fuerte subsidio estatal para este tipo de energía, como España y Alemania, su participación en la matriz no supera el 8%.Pero Sanger no se detiene. Junto a NRDC -otra de las más activas ONG en Chile y cuyo rostro más visible es Robert Kennedy Jr.- invirtieron US$ 130 mil para que expertos de la Universidad de Chile y de la Santa María realicen un estudio energético, cuya primera fase finalizará en marzo. "Este es un trabajo que debiera haber realizado el Gobierno, pero es un tema que han descuidado. Esperamos que las conclusiones de la investigación que están realizando científicos independientes a nuestros intereses, permitan demostrar que Chile puede producir energía eficiente, sin generar daños ambientales y suficiente para autoabastecerse", explica Aviva Imhoff, de International Rivers y quien forma parte de las 15 personas que con Sanger están recorriendo el extremo sur chileno.

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